Como Tratar Una Luxacion De Codo?
Tratamiento de una luxación de codo Administrar un sedante y un analgésico a la persona afectada. Hacer que la persona afectada se acueste boca arriba. Flexionar el codo y girar suavemente el antebrazo para que la palma de la mano quede hacia arriba. Mantener la parte superior del brazo hacia abajo.
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¿Cuánto tiempo tarda en sanar una luxación de codo?
Después la articulación se suele inmovilizar, generalmente con una férula, durante 1 semana como máximo hasta que el dolor y la inflamación desaparecen.
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¿Cuánto tiempo tarda en sanar una luxación?
Cuánto tarda en curar una luxación de dedo Según una revisión de 2017, los dedos dislocados suelen curarse en un plazo de 4 a 6 semanas. Durante ese tiempo y meses después, será normal notar inflamación y rigidez en ciertos momentos del día. Hay factores que afectan al tiempo de recuperación, por ejemplo:
La gravedad y la ubicación de la dislocaciónDaños en los ligamentos y tendonesFracturas óseasLa necesidad de una intervención quirúrgica
Tras la reducción y el entablillado, algunas personas pueden necesitar también fisioterapia. Un fisioterapeuta te enseñará a realizar ejercicios que fortalezcan el dedo y mejoren la amplitud de movimiento.
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¿Qué pasa cuando se luxa el codo?
¿Qué es una luxación de codo? – Una luxación de codo esta relacionada con la pérdida de contacto de las superficies articulares, observándose una rotura más o menos importante de partes blandas que rodean la articulación. La luxación de codo puede presentarse de forma completa o parcial,
Cuando hablamos de una luxación completa las superficies articulares están completamente separadas, mientras que en una dislocación parcial están separadas solo en parte, A las luxaciones parciales se les conoce también como subluxaciones. En general las luxaciones se producen cuando una persona cae sobre la mano extendida.
Cunado la mano toca el suelo, la fuerza es transmitida de forma automática al codo, provocando un movimiento de giro asociado; también se puede ocurrir en accidentes de tráfico o accidentes deportivos. En luxaciones complejas se ven afectadas las partes blandas y fracturas de alguno de los huesos del codo.
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¿Cómo inmovilizar luxación de codo?
Recursos de temas Se recomienda una técnica de tracción-contratracción para reducir una luxación posterior del codo. Suelen ser necesarios procedimientos de sedación y analgesia durante el procedimiento.
Luxación posterior del codo
La reducción debe intentarse pronto (p. ej., dentro de los 30 minutos) después de realizado el diagnóstico. Un déficit neurovascular asociado justifica una reducción inmediata. Las luxaciones abiertas requieren cirugía, pero las técnicas de reducción cerrada y el entablillado deben realizarse como tratamiento provisorio si el cirujano ortopédico no está disponible y hay un déficit neurovascular.
Luxación complicada (luxación con fracturas asociadas) o compromiso neurovascular, porque el procedimiento en sí puede aumentar la gravedad de la lesión
En estas situaciones, la reducción, si se realiza, debe hacerse en conjunto con un cirujano ortopédico.
La lesión de la arteria braquial es infrecuente, pero puede ocurrir en ausencia de fracturas. La lesión nerviosa (nervios mediano y cubital) es infrecuente y puede deberse a edema local, atrapamiento o tracción durante la reducción.
Materiales y personal necesarios para la sedación y la analgesia durante el procedimiento Anestésico intraarticular (p. ej., 5 mL de lidocaína al 2%, jeringa de 10 mL, aguja de diámetro 20 ), solución antiséptica (p. ej., clorhexidina, yodopovidona), gasas Materiales para una férula posterior del brazo y cabestrillo
Se necesita un ayudante.
Las lesiones ligamentosas asociadas (ligamentos colaterales cubital lateral y medial) son comunes en las luxaciones del codo y pueden simular los hallazgos clínicos de las luxaciones posteriores del codo; por lo tanto, se recomiendan radiografías previas y posteriores al procedimiento. Las luxaciones posteriores del codo son dolorosas; la analgesia IV puede administrarse antes de las radiografías, y la sedación y la analgesia (sola o combinada con anestesia intraarticular) suelen administrarse durante el procedimiento. Puede usarse anestesia regional (p. ej., bloqueo del nervio axilar), pero tiene la desventaja de limitar el examen neurológico posterior a la reducción.
Debido a la circulación colateral alrededor del codo, la presencia de pulsos distales no excluye la lesión vascular. La angiografía es necesaria si hay signos de lesión arterial (p. ej., palidez, dolor, cianosis, expansión de los tejidos blandos ).
Se debe colocar al paciente en decúbito prono sobre la camilla con el codo flexionado y el antebrazo colgando sobre el borde de la camilla. Se debe elevar la camilla hasta el nivel de la pelvis; se deben trabar las ruedas de la camilla. Posición alternativa: si el paciente no puede acostarse en decúbito prono, o si el intento de reducción en decúbito prono falla, se debe hacer la reducción con el paciente en decúbito supino o reclinado.
Examen neurovascular Se realiza un examen neurovascular previo al procedimiento en el brazo afectado y se repite el examen después de cada intento de reducción. Evaluar lo siguiente:
Pulsos distales, relleno capilar y temperatura (para el frío, que sugiere una lesión de la arteria braquial) Tacto epicrítico en las eminencias tenar e hipotenar (nervios mediano y cubital), y el dorso del primer espacio interdigital (nervio radial) Flexión y pronación de la muñeca, aposición entre el dedo índice y el pulgar (gesto de “OK”) y flexión del dedo contra resistencia (nervio mediano) Abducción del dedo contra resistencia (nervio cubital) Extensión de la muñeca y los dedos contra resistencia (nervio radial)
Analgesia Suelen administrarse procedimientos de sedación y anestesia durante el procedimiento. También se puede administrar analgesia intraarticular (p. ej., de antemano), para permitir una menor dosis de sedación y analgesia durante el procedimiento. Para administrar analgesia intraarticular:
Se debe localizar el sitio de la inserción de la aguja, en el centro de un triángulo formado por la cabeza del radio, el olécranon lateral y el epicóndilo lateral del húmero. Se humedece el área con solución antiséptica y se deja que la solución se seque durante al menos 1 minuto. Opcional: se crea un habón de anestésico local (≤ 1 mL) bajo la piel en el sitio. Se inserta la aguja dentro de la articulación perpendicular a la piel, apuntando hacia el epicóndilo medial; se debe mover el émbolo para aspirar con la jeringa y avanzar la aguja 1 a 2 cm o hasta aspirar la sangre. Si se aspira sangre de la articulación, se debe mantener la aguja inmóvil, cambiar la jeringa por una vacía, aspirar toda la sangre y volver a colocar la jeringa con anestesia. Se inyectan 3 a 5 mL de solución anestésica (p. ej., lidocaína al 2%). Se debe esperar a que se establezca la analgesia (hasta 15 a 20 minutos) antes de continuar. Se debe administrar sedación y analgesia durante el procedimiento.
Reducción del codo: decúbito prono
Coloque al paciente en decúbito supino sobre el costado de la camilla. Se le debe solicitar a un ayudante que estabilice la parte superior del brazo afectado contra la camilla, envuelva ambas manos alrededor del húmero distal y use los pulgares para aplicar presión y separar la cara posterior del olécranon. Se debe aplicar tracción estable hacia abajo sobre el antebrazo mientras se mantiene la flexión del codo. Los signos de una reducción exitosa suelen incluir un alargamiento del antebrazo y un “chasquido” perceptible. Si no se reduce la articulación, se le debe solicitar al ayudante que levante el húmero mientras se mantiene la presión desendente sobre el olécranon y se intenta flexionar aún más el codo. Se deben mantener estas fuerzas sobre el codo durante hasta 10 minutos si es necesario. Si el abordaje inicial no reduce la luxación, se debe considerar el uso de una técnica de tracción-contratracción con el paciente en decúbito supino.
Reducción del codo: decúbito supino
Se debe colocar al paciente en decúbito supino y pedirle a un ayudante que estabilice el húmero con ambas manos. Se debe sujetar la muñeca del paciente, mantenerla supinada, aplicar tracción axial estable y flexionar ligeramente el codo para mantener los músculos del tríceps relajados. Se deben mantener estas fuerzas sobre el codo durante hasta 10 minutos si es necesario. Los signos de una reducción exitosa suelen incluir un alargamiento del antebrazo y un “chasquido” perceptible.
Se debe hacer un examen neurovascular posoperatorio. Un déficit neurovascular posoperatorio justifica una evaluación ortopédica urgente. Revisar el codo para confirmar la estabilidad flexionando y extendiendo totalmente el codo mientras hace pronación y supinación del antebrazo. Estos movimientos deben ser fáciles después de la reducción. Se deben solicitar radiografías después del procedimiento para confirmar la reducción adecuada e identificar cualquier fractura coexistente. Se debe inmovilizar el codo en flexión aproximada de 90° con el antebrazo en posición neutra o en pronación en una férula posterior larga para el brazo. No se debe utilizar un yeso circunferencial. Se debe observar al paciente durante 2 a 3 horas. Los pacientes con edema significativo en los tejidos blandos, hematoma o integridad vascular/neurológica cuestionable deben ser internados para observación continua, ya sea en una unidad de observación del departamento de emergencias o en un hospital. Esto se debe organizar con el cirujano ortopédico. Si el paciente es dado de alta, se debe coordinar la atención de seguimiento con el cirujano ortopédico e indicarle al paciente que regrese si el edema empeora, si siente un dolor intenso que aumenta progresivamente, o si los dedos desarrollan cianosis, frialdad, debilidad o parestesias.
Un ensanchamiento entre el húmero distal y el olécranon en las radiografías indica un mayor riesgo de lesión vascular.
NOTA: Esta es la versión para profesionales. PÚBLICO GENERAL: VER VERSIÓN PARA PÚBLICO GENERAL Copyright © 2022 Merck & Co., Inc., Rahway, NJ, USA y sus empresas asociadas. Todos los derechos reservados.
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¿Cómo se ve una luxación de codo?
Resumen La luxación de codo es la luxación más frecuente en extremidad superior tras la luxación glenohumeral. La reducción cerrada en aquellas luxaciones en que no hay lesión ósea asociada es un procedimiento realizable en el ámbito extrahospitalario, por lo que presentamos un repaso de las diferentes técnicas posibles.
Palabras clave: Codo Luxación Atención extrahospitalaria Abstract Elbow dislocation is the most frequent dislocation in the upper limb after shoulder dislocation. Closed reduction is feasible in outpatient care when there is no associated fracture. A review is presented of the different reduction procedures.
Keywords: Elbow Dislocation Outpatient care Texto completo El codo es una de las articulaciones que presenta luxaciones con más frecuencia. La luxación aguda de codo presenta una incidencia anual de 6 casos por 100.000 habitantes 1, Es más frecuente en adultos (pues en edad infantil el mismo mecanismo causal suele producir fractura supracondílea de húmero) y en varones.
Son las lesiones más frecuentes en la extremidad superior tras la luxación de hombro 1,2, Constituyen entre el 10 y el 25% de todas las lesiones del codo. La luxación posterior es la más habitual (más del 90% de los casos). Las luxaciones lateral y anterior son extremadamente raras. El mecanismo de producción suele ser por caída sobre la mano con el codo en extensión, siendo una lesión habitual durante la práctica deportiva 3,
Repaso anatómico 1,4 El codo es una articulación muy congruente debido a la anatomía ósea del húmero distal y del cúbito proximal, es por ello que presenta una gran estabilidad primaria inherente. Los estabilizadores estáticos del codo son 3 (articulación húmero-cubital, ligamento colateral medial y ligamento colateral lateral), pero el más importante es la morfología ósea de la bisagra humerocubital y, específicamente, la apófisis coronoides: esta constituye un soporte anterior que resiste las fuerzas ejercidas por el tríceps, el braquiorradial y el bíceps, evitando la subluxación tanto en flexión como en extensión.
- Los estabilizadores dinámicos incluyen toda la musculatura que cruza la articulación ejerciendo una fuerza de compresión y aumentando la congruencia de la misma.
- Diagnóstico El diagnóstico de la luxación de codo es clínico, puesto que se presenta con claridad una deformidad aparente del codo, impotencia funcional y dolor.
Antes de cualquier tipo de manipulación se ha de realizar una valoración neurovascular de la extremidad afectada. La arteria braquial, el nervio mediano y el nervio cubital son las estructuras en riesgo. También el edema y la inflamación son frecuentes, por lo que se debe considerar la posibilidad de un síndrome compartimental en la región del antebrazo 1,2,
Ante la sospecha de luxación de codo se debe realizar siempre estudio radiológico que incluya la totalidad del antebrazo y la muñeca, puesto que en ocasiones se pueden observar otras fracturas asociadas. En la mayor parte de los casos la luxación es simple, en sentido posterolateral y no se asocian fracturas ( fig.1 ).
En un 10% de los casos se pueden producir fracturas de epicóndilo o epitróclea, así como de la apófisis coronoides. La fractura-luxación compleja, más conocida como «tríada terrible», combina la lesión ligamentosa con una fractura de la apófisis coronoides y con la fractura de la cabeza del radio.
- Es una entidad con una alta tasa de complicaciones y que requiere, en la mayor parte de los casos, de un tratamiento quirúrgico 1,5,
- Tratamiento Una vez realizada la exploración neurovascular pertinente y los estudios de imagen necesarios, se debe realizar la reducción de la luxación.
- En los casos en que no sea posible o en los que se objetiven fracturas asociadas es recomendable la inmovilización de la articulación, la administración de analgesia y la derivación al centro hospitalario de referencia.
El objetivo principal del tratamiento de la luxación simple de codo es conseguir una reducción estable, que permita una recuperación funcional temprana. La reducción de la luxación debe realizarse siempre tras la administración de analgesia (preferiblemente intravenosa).
- En casos de reducción dificultosa se debe considerar la opción de reducción bajo sedación.
- La reducción se consigue flexionando el codo unos 25°, mientras aplicamos tracción longitudinal combinada con supinación del antebrazo y contratracción del brazo realizada por un ayudante.
- Es esencial la colaboración del paciente, que debe intentar evitar movimientos de contracción o retirada, para lo cual suele ser conveniente la colocación del mismo en posición de decúbito prono o supino, o bien en sedestación.
Maniobras de reducción 1,2,4 Reducción en decúbito prono ( fig.2 ): el paciente se coloca en decúbito prono, con el brazo apoyado sobre la camilla/mesa de reducción. El clínico agarra la muñeca y aplica tracción hacia abajo y ligera supinación sobre el antebrazo.
- Usando la otra mano, se aplica una suave presión sobre el olécranon.
- En el caso de disponer de 2 clínicos, el segundo profesional agarra el brazo y aplica una suave presión sobre el olécranon con los 2 pulgares ( fig.1 ).
- Reducción en decúbito supino ( fig.3 ): el paciente se coloca en decúbito supino, con el brazo apoyado sobre la camilla/mesa de exploración.
Un clínico debe fijar el brazo contra la camilla con ambas manos; el segundo clínico agarra la muñeca del paciente y realiza tracción continua, lenta y firme en la dirección del eje del húmero. El antebrazo debe estar en leve flexión y la muñeca ligeramente supinada.
- En el caso de que la maniobra no sea satisfactoria se puede aplicar tracción también en la parte proximal del antebrazo.
- Reducción en sedestación ( fig.4 ): con el paciente en sedestación un clínico sostiene el antebrazo en extensión mientras realiza presión continua con los pulgares sobre el olécranon.
El otro explorador agarra el antebrazo, realizando tracción y flexión de la extremidad. La reducción satisfactoria suele acompañarse de un «clunck» característico y de una mejoría inmediata del dolor del paciente. De la misma forma, una vez conseguida la reducción se puede objetivar la recuperación de la morfología normal del codo, en la que las prominencias óseas de olécranon, epitróclea y epicóndilo se disponen en los vértices de un hipotético triángulo equilátero.
Una vez conseguida la reducción es conveniente realizar una comprobación clínica de la estabilidad anteroposterior y mediolateral, así como un nuevo estudio radiográfico para verificar la reducción y diagnosticar lesiones óseas que se hayan podido producir durante la manipulación o que hubieran pasado desapercibidas en un primer momento.
Posteriormente, se recomienda la inmovilización con férula posterior de yeso a 90° de flexión del codo durante 2 o 3 semanas, seguida de flexión y extensión controladas con codera ortopédica durante otras 4 semanas. El tiempo estimado de incapacidad temporal es de 10 a 12 semanas.
Se recomienda en todos los casos el seguimiento por el especialista, puesto que tras la luxación completa del codo, una inestabilidad residual debe ser contemplada y valorada, ya que tanto el ligamento colateral medial como el ligamento colateral lateral han sido lesionados en la luxación. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Bibliografía I. Ahmed, J. Mistry. The management of acute and chronic elbow instability. Orthop Clin North Am., 46 (2015), pp.271-280 S. Sheehan, G.S. Dyer, A. Sodickson, K. Patel, B. Khurana. Traumatic elbow injuries: What the orthopedic surgeon wants to know.
- Radiographics., 33 (2013), pp.869-888 J.
- Rodríguez, G.
- Olivera, H.
- Valencia, A. Moreno.
- Traumatismos de los miembros superiores en atención primaria.
- FMC., 13 (2006), pp.8-43 M. Cohen, H. Hastings.
- Acute elbow dislocation: Evaluation and management.
- J Am Acad Orthop Surg., 6 (1998), pp.15-23 Copyright © 2017.
Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN)
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¿Cómo se rehabilita la luxación?
Tiempo de recuperación para un hombro dislocado – Tras una luxación en el hombro, lo más importante es guardar reposo para que la distensión de los ligamentos cicatrice, por lo que recomendamos llevar el brazo en cabestrillo durante una o dos semanas y, pasado este tiempo, empezar el proceso de rehabilitación con fisioterapia.
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¿Cuándo dejar de usar el cabestrillo?
Fase 0: Desde la cirugía a la 3º semana. –
Uso de ¨cabestrillo siempre¨, incluso para dormir. Si te dificulta dormir puedes usar una camiseta para meter el brazo por dentro.Retirar el cabestrillo para estirar y doblar el codo varias veces al día, puedes tener el cabestrillo quitado cuando ves la tele o estar relajado, pero siempre con el brazo pegado al cuerpo. Cura de las heridas con agua, jabón y algún antiséptico tipo clorhexidina o betadine. Y luego taparlas con algún apósito.Es normal que sea doloroso, toma los calmantes de forma reglada según tienes reflejado en el informe. No esperes a tener dolor para tomar los calmantes. Los puntos se retiran a los quince o veinte días.
¿Cuánto tiempo se debe usar un cabestrillo?
En su casa – Esto es lo que probablemente deba hacer en su casa después de la cirugía:
Use el cabestrillo o la órtesis en todo momento, salvo para bañarse y vestirse. Cuando el brazo no esté inmovilizado, manténgalo en el costado. Puede que deba usar el cabestrillo o la órtesis durante 3 a 4 semanas. No permita que la incisión ni el vendaje se humedezcan. Es posible que el cirujano le permita cambiar el vendaje después de 2 o 3 días. Cambie el vendaje por vendas de gasa limpias. No toque la incisión. Tome los analgésicos como se los receten. Si los medicamentos no lo ayudan a tener un nivel de dolor tolerable, llame a su proveedor de atención médica. Aplique hielo en el hombro, según las indicaciones. Limite la aplicación de la compresa de hielo a 15 minutos por vez. Programe una visita con su proveedor de atención médica entre 7 y 10 días después de la cirugía. En esa visita, le quitarán los puntos o las grapas, si es que aún los tiene. Continuará con las visitas de control hasta que el hombro se recupere por completo. Ir a las visitas de control le garantizará una buena recuperación del hombro. No conduzca hasta que haya dejado de tomar analgésicos recetados y su proveedor de atención médica le diga que puede hacerlo. Quizá no pueda conducir por varias semanas después de la cirugía.
¿Cómo dormir después de una luxación de codo?
Para dormir Coloque una almohada debajo del hombro afectado para su comodidad, y mantenga el hombro en posición neutral mientras duerme. A algunas personas les parece más cómodo dormir en un sillón reclinable para mantener el hombro en posición neutral.
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¿Cómo vendar una luxación?
Procedimientos Asistenciales, Técnicas: Trauma: Vendajes VENDAJES Técnica
Retire la ropa, anillos, pulseras de la zona a vendar. Coloque el miembro en posición funcional. Compruebe pulsos distales. Desenrolle poco a poco la venda, contactando la parte exterior del rollo con el paciente. Inicie el vendaje desde la zona más distal a proximal. Comience con vueltas circulares para fijar el vendaje. Aplique el vendaje con una tensión homogénea. No deje espacios libres de venda entre vuelta y vuelta, ni pliegues. Utilice vendas del tamaño adecuado a la zona. Termine el vendaje con vueltas circulares. Fije el vendaje. Compruebe de nuevo que los pulsos distales, la coloración y la temperatura del miembro son normales, y que no hay sensación de hormigueo. Si es posible eleve la extremidad. El vendaje se utiliza para:
Sujetar apósitos Fijar entablillados Fijar articulaciones
Tipos de vendajes
Cabestrillo : se utiliza para sostener la mano, brazo o antebrazo, en caso de heridas, quemaduras, fracturas, esguinces y luxaciones.
Coloque el antebrazo de la víctima ligeramente oblicuo, quedando la mano más alta que el codo. Sitúese detrás de la víctima y coloque la venda triangular extendida. Lleve el extremo inferior de la venda hacia el hombro del brazo lesionado. Sujete los dos extremos de la venda con un nudo hacia un lado del cuello (del lado lesionado) nunca sobre los huesos de la columna vertebral. Deje los dedos descubiertos para controlar el color y la temperatura.
Vendaje circular : Se usa para fijar el extremo inicial y final de una inmovilización. fijar un apósito, iniciar y/o finalizar un vendaje, sujetar apósitos en la frente, miembros superiores e inferiores, controlar hemorragias.
Superponga la venda de forma que tape completamente la anterior.
Vendaje espiral : se utiliza generalmente en extremidades. En este caso, la venda cubre los 2/3 de la vuelta anterior, y se sitúa algo oblicua al eje de la extremidad. Se emplea una venda elástica porque puede adaptarse a la zona que se va a vendar. Se usa para sujetar gasa, apósitos o férulas en brazo, antebrazo, mano, muslo y pierna.
Inicie el vendaje siempre en la parte más distante del corazón en dirección a la circulación venosa. Con vueltas circulares para fijar el vendaje. Evite vendar una articulación en extensión, porque al doblarlo dificulta su movimiento. De ser posible, no cubra los dedos de las manos o de los pies.
Vendaje en ocho o tortuga : se utiliza en las articulaciones (tobillo, rodilla, hombro, codo, muñeca), ya que permite a estas tener una cierta movilidad.
Coloque la articulación ligeramente flexionada y efectúe una vuelta circular en medio de la articulación. Dirija la venda de forma alternativa hacia arriba y después hacia abajo, de forma que, en la parte posterior, la venda siempre pase y se cruce en el centro de la articulación.
Vuelta recurrente : se usa en las puntas de los dedos, manos o muñones de amputación.
Después de fijar el vendaje con una vuelta circular, lleve el rollo hacia el extremo del dedo o muñón y regrese hacía atrás. Haga un doblez y regrese hacia la parte distal. Finalmente, fije con una vuelta circular.
Vendaje para codo o rodilla :
Con la articulación semiflexionada, efectúe dos vueltas circulares en el centro de ésta, para, posteriormente, proseguir con cruces en ocho, alternos sobre brazo y antebrazo, o pierna y muslo. Este tipo de vendaje no debe inmovilizar totalmente la articulación.
Vendaje para tobillo o pie :
Comience con dos vueltas circulares a nivel del tobillo. Efectúe varias vueltas en ocho que abarquen, alternativamente, pie y tobillo, remontando de la parte distal hacia la proximal, para terminar con dos vueltas circulares a la altura del tobillo y la fijación de la venda.
Vendaje para manos y dedos :
Inicie este vendaje haciendo dar dos vueltas circulares a nivel de la muñeca. Desplace la venda hacia el dedo, y realice 2 vueltas recurrentes, que deben ser fijadas con dos circulares a nivel del dedo. Para terminar la operación, siga con varias espirales en ocho entre el dedo y la muñeca, para finalmente acabar con dos circulares de fijación a nivel de la muñeca.
Vendaje para el ojo :
Proteja al ojo con un apósito. De dos vueltas circulares a nivel de la frente sujetando el borde superior del apósito. Descienda la venda hacia el ojo afectado.Tape éste y pásela por debajo de la oreja del mismo lado. Repita esta maniobra, tantas veces como sea necesario, para tapar completamente el ojo.
Vendaje para la cabeza o capelina (dos sanitarios):
Inice el vendaje efectuando una vuelta circular en sentido horizontal alrededor de la cabeza. Realice un doblez de 90º al finalizar la primera vuelta, continuando el vendaje en sentido sagital, siguiendo la línea media de la bóveda craneana hasta encontrarse a nivel de la primera vuelta. El sanitario libre sujetará los dobleces, mientras el que maneja la venda realiza una nueva vuelta circular de modo que queden aprisionandos los dos dobleces de los tramos sagitales. De esta forma vaya efectuando vueltas recurrentes intercalándolas con los tramos sagitales. Termine con dos vueltas circulares. Fije el vendaje con esparadrapo. Recuerde mantener la tracción cervical en pacientes traumatizados.
¿Cuánto tiempo dura una férula en el codo?
Ya sea que la fractura se trate con inmovilización simple o con cirugía, el brazo se colocará en un yeso o una férula durante 3 a 6 semanas, dependiendo de la fractura.
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¿Cómo es el dolor de una luxación?
Síntomas – Los síntomas más comunes de una articulación luxada son el entumecimiento y hormigueo en la articulación o fuera de ésta, la sensación de dolor intenso, especialmente si el afectado trata de usar la articulación o poner peso en ella, la incapacidad de mover la articulación, hinchazón o amoratamiento, o si está visiblemente fuera de lugar o tiene un color diferente.
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¿Qué es peor un esguince o una luxación?
Así, el primero supone un estiramiento sin rotura. En el segundo, la rotura es parcial. Mientras que, en el último, el tercero, tiene lugar la rotura del tejido ligamentoso. Es el caso más grave de todos.
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¿Qué consecuencias trae la luxaciones?
Una luxación es la separación completa de los huesos que forman una articulación. En la subluxación, los huesos de una articulación están parcialmente fuera de su posición. A menudo, una articulación luxada permanece luxada hasta que el médico la vuelve a colocar en su lugar (reducción), pero a veces se vuelve a colocar en su lugar por sí sola.
La mayoría de las luxaciones son el resultado de lesiones agudas o del uso excesivo. La zona lesionada duele (especialmente cuando se usa), generalmente está hinchada, y puede estar contundida, distorsionada, angulada o fuera de su posición. También pueden presentarse o desarrollarse otras lesiones, como fracturas, daño a los vasos sanguíneos y nervios, síndrome compartimental, infecciones y problemas articulares de larga duración. Los médicos a veces pueden diagnosticar dislocaciones según los síntomas, las circunstancias que causan la lesión y los resultados de un examen físico, pero a veces se necesitan radiografías u otras pruebas de diagnóstico por imágenes. El tratamiento consiste en colocar los huesos en su lugar (reducción), generalmente mediante manipulación, e inmovilizarlos, pero a veces se necesita cirugía. Muchas luxaciones (dislocaciones) no causan problemas de larga duración, pero algunas debilitan o rompen los ligamentos y tendones que estabilizan la articulación. Cuando se inmoviliza una articulación, ésta puede volverse rígida y los músculos pueden acortarse o atrofiarse (consumirse).
Las articulaciones forman parte del sistema musculoesquelético, que está constituido por los huesos, los músculos y los tejidos que los conectan (ligamentos, tendones y otros tejidos conjuntivos, llamados tejidos blandos). El sistema musculoesquelético le da al cuerpo su forma, lo estabiliza y le permite moverse.
Esguinces: los músculos se pueden desgarrar.
Las luxaciones, fracturas, esguinces y distensiones (las denominadas colectivamente lesiones musculoesqueléticas) varían mucho tanto en gravedad como en el tipo de tratamiento necesario. Las luxaciones pueden ser abiertas (la piel está desgarrada) o cerradas (la piel no está desgarrada).
Un traumatismo directo, como sucede en caídas o accidentes de tráfico Las lesiones por desgaste, como ocurre durante las actividades diarias o como resultado de movimientos vibratorios o sacudidas El uso excesivo, como sucede con el sobreentrenamiento deportivo
La gravedad de una luxación depende en parte del tipo y la intensidad del traumatismo que la ha provocado. Cuando se produce una luxación, los huesos pueden estar claramente fuera de su posición. La articulación puede verse deformada o curvada. Un hueso puede sobresalir de forma anormal, provocando que la piel que lo rodea se estire y sobresalga. Las luxaciones causan los síntomas siguientes:
Dolor Hinchazón Incapacidad para usar la parte lesionada con normalidad Hematomas o decoloración Posiblemente pérdida de la sensibilidad (entumecimiento o sensaciones anómalas)
La zona que rodea la luxación duele, sobre todo cuando la persona afectada trata de cargar peso sobre la parte lesionada o trata de utilizarla. Es sensible al tacto. Con frecuencia, la parte lesionada (como un brazo, una pierna, una mano, un dedo de la mano o un dedo del pie) no se puede mover con normalidad.
Se pueden formar hematomas alrededor de la articulación luxada. Aparecen cuando existe un sangrado por debajo de la piel. Al principio, el moratón es de color negro violáceo y, lentamente, con el transcurso de los días, se va tornando entre verde y amarillo a medida que la sangre se descompone y el organismo la reabsorbe.
Debido a que los movimientos de la parte lesionada son dolorosos, el paciente generalmente no quiere realizar movimientos. Si el paciente no puede hablar (como en el caso de niños pequeños o ancianos), la negativa a mover una parte del cuerpo puede ser el único signo de una luxación.
- Las luxaciones pueden ir acompañadas de otros problemas (complicaciones) u ocasionarlos.
- Sin embargo, las complicaciones graves no son frecuentes.
- El riesgo de complicaciones graves aumenta si la piel se rompe o si se lesionan los vasos sanguíneos o los nervios.
- Una luxación, a menos que se reduzca de forma precoz, es más propensa a lesionar los vasos sanguíneos y los nervios que una fractura.
Algunas complicaciones (como la lesión de los vasos sanguíneos y los nervios y las infecciones) se producen durante las primeras horas o días después de la lesión. Otras (como los problemas con las articulaciones y los defectos de consolidación) se desarrollan con el tiempo.
Una luxación de cadera o rodilla puede interrumpir el flujo de sangre a la pierna. Por lo tanto, los tejidos de la pierna no pueden obtener sangre suficiente (lo que se denomina isquemia) y pueden morir (lo que se denomina necrosis). Una cadera luxada (dislocada) Luxación de cadera Se produce una luxación de cadera cuando la cabeza del fémur, que tiene forma de esfera, se sale de la cavidad redondeada que existe en la pelvis.
Por lo general, se produce una luxación de. obtenga más información es propensa a la necrosis, especialmente si la luxación no se reduce rápidamente. En una luxación de cadera, se produce un estrechamiento de los vasos sanguíneos que irrigan el extremo superior del fémur (la parte de la articulación de la cadera denominada cabeza femoral).
- Como resultado, esta parte del fémur no recibe suficiente sangre.
- Cuando la rodilla está luxada (dislocada), es posible que la parte inferior de la pierna no reciba suficiente sangre.
- Si la falta de sangre produce la muerte de una gran cantidad de tejido, parte de la pierna puede tener que ser amputada.
Ciertas lesiones del codo pueden interrumpir el flujo sanguíneo al antebrazo, causando problemas similares. La interrupción del suministro de sangre puede no causar ningún síntoma hasta varias horas después de la lesión. Las luxaciones graves o traumáticas pueden dañar los tejidos que las rodean y causar hemorragias internas.
Un hueso luxado (dislocado) puede perforar la piel y causar una hemorragia externa. A veces los nervios se estiran, se lesionan o se aplastan cuando se luxa una articulación. Un traumatismo directo puede contundir o aplastar un nervio. Un aplastamiento provoca una lesión más importante que una contusión.
Estas lesiones suelen curarse por sí mismas a lo largo de semanas, meses o años, en función de la gravedad de la enfermedad. Con muy poca frecuencia, los nervios se desgarran. Los nervios lacerados no sanan por sí solos y pueden necesitar una reparación quirúrgica.
Algunas lesiones nerviosas nunca sanan por completo. A veces, una luxación daña el cartílago de los extremos de los huesos de la articulación (lo que se denomina superficies articulares). Normalmente, este tejido de protección liso y resistente permite que las articulaciones se muevan sin problemas. El cartílago lesionado suele cicatrizar, lo que produce artrosis Artrosis La artrosis es un trastorno crónico que causa alteraciones en el cartílago y los tejidos circundantes, y se caracteriza por dolor, rigidez y pérdida de la función.
La artritis causada por la. obtenga más información, que a su vez provoca rigidez en las articulaciones y limita su rango de movimiento. La rodilla, el codo y el hombro son particularmente propensos a desarrollar rigidez después de una luxación, especialmente en personas mayores. Además, la lesión que causa la luxación puede debilitar o desgarrar los tejidos que la estabilizan, como los ligamentos y los tendones.
- Generalmente es necesaria la fisioterapia para prevenir la rigidez y ayudar a que la articulación se mueva lo más normalmente posible.
- Suele ser necesario el tratamiento quirúrgico para reparar el cartílago dañado.
- Después de la cirugía, es menos probable que se produzca una incongruencia articular (un escalón), y si se produce tiende a ser menos grave.
A veces se necesita cirugía para reparar las roturas de ligamentos o de tendones.
Evaluación médica Radiografías para identificar las fracturas A veces resonancia magnética nuclear o tomografía computarizada
Si se produce una luxación de forma brusca, se debe decidir si se acude a un servicio de urgencias, si se avisa al médico de familia o si se espera para ver si el problema (dolor, hinchazón u otros síntomas) mejora o desaparece por sí solo. Se debe llevar al paciente al servicio de urgencias, a menudo en ambulancia, si presenta cualquiera de los siguientes casos:
El problema es evidentemente grave (por ejemplo, si es el resultado de un accidente de tráfico o si el paciente no puede mover la parte del cuerpo afectada). Se sospecha una luxación grave u otra lesión grave de las partes blandas. Se sospecha que el paciente tiene una fractura (una posible excepción es la sospecha de una fractura del extremo de un dedo del pie). Sufre varias lesiones. Tiene síntomas de presentar alguna complicación, por ejemplo, pérdida de sensibilidad en la parte del cuerpo afectada, incapacidad para mover con normalidad la parte afectada, piel fría o azulada, o pérdida de fuerza en la parte afectada. No puede cargar peso ni utilizar la parte del cuerpo afectada. Inestabilidad de la articulación lesionada.
Debe llamarse al médico si
La lesión causa dolor o hinchazón, pero la extremidad lesionada no parece fracturada o gravemente lesionada.
Si nada de lo anterior es aplicable y la lesión parece menor, se puede llamar al médico o esperar y ver si el problema desaparece por sí solo. Si las lesiones son el resultado de un accidente grave, la primera prioridad del médico es El médico pide a la persona afectada (o a alguien que presenciara la situación) que describa lo que pasó.
- A menudo, el paciente no recuerda cómo se produjo una lesión o no lo puede describir con precisión.
- Saber cómo tuvo lugar la lesión puede ayudar al médico a determinar de qué tipo de lesión se trata.
- Además, el médico pregunta en qué dirección se forzó la articulación en el momento de la lesión.
- El médico también pregunta cuándo empezó el dolor.
Si se inicia inmediatamente después de la lesión, la causa puede ser una luxación, una fractura o un esguince grave. Si el dolor comenzó horas a días después, la lesión suele ser menor. Si el dolor es más intenso de lo esperado para el traumatismo o si empeora de forma progresiva durante las primeras horas después de la lesión, se puede haber desarrollado un síndrome compartimental o puede haberse interrumpido el flujo sanguíneo.
Comprobar la presencia de daños en los vasos sanguíneos cercanos a la parte del cuerpo lesionada Comprobar la presencia de lesiones en los nervios próximos a la zona lesionada Comprobar la presencia de heridas abiertas, articulaciones que se ven deformadas, hinchazón, hematomas y movimiento de la articulación deteriorado Examinar y mover la parte lesionada Explorar las articulaciones situadas por encima y por debajo de la parte lesionada
Para verificar si hay signos de daño en los vasos sanguíneos y alteración del flujo sanguíneo, los médicos comprueban los pulsos y el color y la temperatura de la piel. Cuando el flujo sanguíneo se interrumpe (como puede ocurrir en el síndrome compartimental), los pulsos eventualmente desaparecen o se vuelven débiles y la piel se vuelve pálida y fría.
- Los médicos miden la presión arterial, que es baja en personas que han perdido mucha sangre.
- Para comprobar la presencia de lesiones nerviosas, los médicos determinan si la persona puede mover los músculos normalmente.
- Si no puede mover los músculos afectados, los nervios que controlan esos músculos (llamados nervios motores) pueden haberse dañado.
El médico también evalúa la sensibilidad de la piel (si la persona afectada puede sentir con normalidad) y pregunta al paciente si tiene sensaciones anómalas, como una sensación de pinchazos, hormigueo o entumecimiento. Si la sensibilidad parece anormal o reducida, pueden haberse dañado los nervios responsables de la sensibilidad de la piel (llamados nervios sensoriales).
El médico palpa con cuidado la zona lesionada para determinar si los huesos se han desplazado de su lugar habitual y si la zona es dolorosa al tacto. El médico también comprueba si hay inflamación y hematomas. Además, pregunta si el paciente puede utilizar, apoyar y mover la parte lesionada. Los médicos prueban la estabilidad de una articulación moviéndola suavemente, pero si es posible una fractura o dislocación, primero se realizan radiografías para determinar si es seguro mover la articulación.
El médico comprueba si existe crepitación cuando se mueve la parte lesionada. Estos sonidos pueden indicar una fractura. El movimiento de la articulación afectada también puede ayudar al médico a determinar la gravedad de la lesión. El médico también comprueba las articulaciones localizadas por encima y por debajo de la articulación lesionada.
Se pueden realizar pruebas de esfuerzo para evaluar la estabilidad de una articulación lesionada. Sin embargo, si se sospecha una fractura o una luxación, la prueba de esfuerzo se pospone hasta que se realicen radiografías para detectar estas lesiones. En una prueba de esfuerzo de una articulación, los médicos mueven suavemente la articulación en una dirección que habitualmente es perpendicular a su amplitud normal de movimiento.
Si la articulación se palpa muy inestable, los médicos sospechan una luxación (o una lesión grave del ligamento). Si el dolor o los espasmos musculares interfieren con el examen, se puede administrar al paciente un calmante y/o un relajante muscular por vía oral o mediante una inyección, o bien se le puede inyectar un anestésico local en la zona lesionada.
Los médicos también pueden inmovilizar la articulación lesionada hasta que el espasmo se detenga (por lo general al cabo de unos cuantos días) y luego examinarla. Las pruebas de diagnóstico por la imagen utilizadas para el diagnóstico de las luxaciones y otras lesiones musculoesqueléticas incluyen Las radiografías son útiles para diagnosticar las luxaciones, así como las fracturas.
Las radiografías no son útiles para detectar lesiones de ligamentos, tendones, o músculos, ya que únicamente muestran los huesos (y el líquido que se acumula alrededor de una articulación lesionada). Se suelen tomar radiografías desde dos ángulos distintos como mínimo para mostrar cómo están alineados los huesos.
Tratamiento de cualquier complicación grave Alivio del dolor Protección, reposo, hielo, compresión y elevación (PRICE, por sus siglas en inglés) Realineamiento (reducción) de los fragmentos que están fuera de lugar Inmovilización, por lo general con una férula o un yeso En ciertas ocasiones, intervención quirúrgica
Si una persona cree que tiene una fractura u otra lesión grave, debe acudir a un centro de urgencias. Si no puede caminar o presenta varias lesiones, debe ser trasladado en ambulancia. Hasta que pueda conseguirse asistencia médica, se debe hacer lo siguiente:
Evitar que la extremidad lesionada se mueva (inmovilizarla) y proporcionarle apoyo con una férula improvisada, un cabestrillo o una almohada Elevar la extremidad, si es posible por encima de la altura del corazón, para limitar la inflamación Aplicar hielo (cubierto por una toalla o un trapo) a la zona lesionada para controlar el dolor y la inflamación
En el servicio de urgencias, los médicos determinan la presencia de lesiones que requieran tratamiento inmediato. También se reparan quirúrgicamente los nervios cortados, pero esta cirugía se puede retrasar hasta varios días después de la lesión, si es necesario.
Si los nervios están comprimidos o contundidos, pueden sanar por sí solos. La mayoría de las luxaciones moderadas y graves, en particular las que son muy inestables, se inmovilizan de inmediato con una férula. Esta medida ayuda a reducir el dolor y prevenir más lesiones en los tejidos blandos producidas por luxaciones inestables.
A las personas con una luxación les puede resultar beneficioso el método PRICE. PRICE hace referencia a la combinación de Protección, Reposo, hielo (Ice en inglés), Compresión (presión) y Elevación. La protección ayuda a prevenir lesiones añadidas que podrían empeorar la original.
- Habitualmente se aplica una férula u otro dispositivo.
- El reposo evita una lesión mayor y puede acelerar la curación.
- La persona afectada debe limitar su actividad y evitar apoyar y/o utilizar la parte del cuerpo lesionada.
- Por ejemplo, puede necesitar el uso de muletas o no participar en deportes de contacto.
El hielo y la compresión minimizan la inflamación y el dolor. El hielo se aplica mediante una bolsa de plástico, toalla, o un paño que se mantiene durante 15 a 20 minutos cada vez, tan a menudo como sea posible durante las primeras 24 a 48 horas. Por lo general, la compresión se aplica a la herida mediante un vendaje elástico o una férula.
La elevación de la extremidad lesionada ayuda a drenar el líquido de la lesión y por lo tanto a reducir la inflamación. La extremidad lesionada se eleva por encima del nivel del corazón durante los primeros 2 días. Después de 48 horas, el paciente puede aplicar periódicamente calor (por ejemplo, con una almohadilla térmica) durante 15 a 20 minutos cada vez.
El calor puede aliviar el dolor. Sin embargo, no está claro si es preferible aplicar calor o hielo, y lo que funciona mejor puede variar de un sujeto a otro. Las luxaciones se vuelven a colocar en su posición normal (lo que se denomina realineación o reducción).
Reducción cerrada de dislocaciones menores (tales como las de los dedos de la mano o del pie): puede que únicamente sea necesario inyectar un anestésico local, como la lidocaína, cerca de la parte lesionada. Reducción cerrada de dislocaciones mayores (como las del brazo, el hombro o la pierna): pueden administrarse un sedante y analgésicos intravenosos. El sedante adormila el sujeto, pero no le sumerge en un estado de inconsciencia. También se puede administrar un anestésico local mediante una inyección. Por ejemplo, si el paciente tiene una luxación de hombro, se puede inyectar lidocaína en la articulación del hombro. Reducción abierta: se administra al paciente anestesia general mediante inyección o mediante una mascarilla, de forma que pierda la consciencia. Este procedimiento se realiza en el quirófano.
Después de realinear la lesión, se debe evitar que esta se desplace (es decir, necesita ser inmovilizada). Por lo general después de una reducción cerrada de una fractura se utiliza un yeso, una férula o un cabestrillo. Algunas luxaciones articulares requieren solo un cabestrillo o una férula, que se aplica después de volver a colocar la articulación en su posición normal.
- La inmovilización reduce el dolor y ayuda a la curación al prevenir que se produzcan más lesiones en los tejidos circundantes.
- La inmovilización es útil para la mayoría de las luxaciones moderadas o graves.
- Se inmobilizan las articulaciones situadas a ambos lados de la lesión.
- Si la inmovilización dura demasiado tiempo (por ejemplo, durante más de un par de semanas en adultos jóvenes), la articulación puede volverse rígida, a veces de forma permanente, y los músculos pueden acortarse (provocando contracturas) o disminuir su volumen (atrofiarse).
Se pueden formar coágulos de sangre. Estos problemas pueden desarrollarse rápidamente, y las contracturas pueden llegar a ser permanentes, por lo general en las personas mayores. En consecuencia, el médico recomienda el movimiento tan pronto como sea posible.
Los yesos se utilizan generalmente para las lesiones que deben mantenerse inmovilizadas durante semanas. Para aplicar un yeso, el médico envuelve la zona lesionada en una tela, a la que después aplica una capa de un material de algodón suave para proteger la piel de la presión y el roce. Sobre este vendaje se aplica unas vendas de yeso o de fibra de vidrio que se endurecen cuando se secan.
El yeso se moldea bien y es menos probable que roce contra el cuerpo. Las inmovilizaciones con fibra de vidrio son más fuertes, más ligeras y más duraderas. Después de aproximadamente una semana disminuye la hinchazón. A continuación, la férula de yeso a veces puede ser reemplazada por una inmovilización con fibra de vidrio que en esta fase se adapta más fácilmente a la extremidad.
A los pacientes a los que se les coloca un yeso se les proporcionan instrucciones específicas para su cuidado. Si un yeso no se cuida adecuadamente, pueden aparecer problemas. Por ejemplo, si se moja un yeso, el acolchado protector bajo el yeso puede empaparse, siendo imposible secarlo por completo. Como resultado, la piel puede reblandecerse y erosionarse, y pueden formarse úlceras.
Además, si un yeso se moja, puede reblandecerse y, por lo tanto, no proteger e inmovilizar la zona lesionada. Es necesario dar instrucciones al paciente para que mantenga le extremidad inmovilizada elevada el mayor tiempo posible, a nivel o por encima del nivel del corazón, sobre todo durante las primeras 24 a 48 horas.
También debe flexionar y extender los dedos de forma regular. Estas estrategias ayudan a que la sangre abandone la extremidad lesionada y a prevenir, de esta forma, la hinchazón. Se puede utilizar una férula para inmovilizar algunas luxaciones estables, sobre todo si la inmovilización debe mantenerse solo algunos días.
Durante el tratamiento inicial, las férulas también se usan para inmovilizar inmediatamente las luxaciones moderadas y grave, particularmente las muy inestables, hasta que la persona pueda ser evaluada a fondo. La férula permite que el paciente se aplique hielo y que tenga mayor movilidad que el yeso.
- Una férula (también llamada tablilla) es una tabla alargada y estrecha fabricada con yeso, fibra de vidrio o aluminio que se aplica con bandas elásticas o cinta adhesiva.
- Dado que la tablilla no rodea completamente el miembro, permite cierta expansión debida a la hinchazón.
- Por lo tanto, una férula no aumenta el riesgo de desarrollar un síndrome compartimental.
Algunas lesiones que en último término van a necesitar un yeso se inmovilizan en primer lugar con una férula hasta que disminuye la inflamación. Un cabestrillo, por sí mismo, puede proporcionar algo de apoyo. Puede ser útil un cabestrillo cuando la inmovilización completa tiene efectos indeseables.
Por ejemplo, si se mantiene una inmovilización estricta del hombro los tejidos alrededor de la articulación pueden llegar a desarrollar una rigidez, a veces en días, impidiendo que el hombro tenga movilidad (lo que se denomina hombro congelado). El cabestrillo limita el movimiento del hombro y del codo, pero permite los movimientos de la mano.
Se puede añadir al cabestrillo una banda de tejido o una tira que pase por la espalda para evitar el vaivén exterior del brazo, especialmente durante la noche. La banda (sistema antirrotatorio) se envuelve alrededor del tronco y del brazo lesionado.
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¿Qué tan dolorosa es una luxación?
La luxación de hombro es muy dolorosa, hasta incluso llegar a impedir que el paciente pueda mover el brazo. En la mayoría de casos, además, la luxación se produce por un desplazamiento hacia la parte anterior del hombro, viéndose la deformación que produce.
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¿Qué es peor un esguince o una luxación?
Así, el primero supone un estiramiento sin rotura. En el segundo, la rotura es parcial. Mientras que, en el último, el tercero, tiene lugar la rotura del tejido ligamentoso. Es el caso más grave de todos.
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¿Cuándo existe una luxación se debe volver a su lugar de inmediato?
Una luxación es la separación completa de los huesos que forman una articulación. En la subluxación, los huesos de una articulación están parcialmente fuera de su posición. A menudo, una articulación luxada permanece luxada hasta que el médico la vuelve a colocar en su lugar (reducción), pero a veces se vuelve a colocar en su lugar por sí sola.
La mayoría de las luxaciones son el resultado de lesiones agudas o del uso excesivo. La zona lesionada duele (especialmente cuando se usa), generalmente está hinchada, y puede estar contundida, distorsionada, angulada o fuera de su posición. También pueden presentarse o desarrollarse otras lesiones, como fracturas, daño a los vasos sanguíneos y nervios, síndrome compartimental, infecciones y problemas articulares de larga duración. Los médicos a veces pueden diagnosticar dislocaciones según los síntomas, las circunstancias que causan la lesión y los resultados de un examen físico, pero a veces se necesitan radiografías u otras pruebas de diagnóstico por imágenes. El tratamiento consiste en colocar los huesos en su lugar (reducción), generalmente mediante manipulación, e inmovilizarlos, pero a veces se necesita cirugía. Muchas luxaciones (dislocaciones) no causan problemas de larga duración, pero algunas debilitan o rompen los ligamentos y tendones que estabilizan la articulación. Cuando se inmoviliza una articulación, ésta puede volverse rígida y los músculos pueden acortarse o atrofiarse (consumirse).
Las articulaciones forman parte del sistema musculoesquelético, que está constituido por los huesos, los músculos y los tejidos que los conectan (ligamentos, tendones y otros tejidos conjuntivos, llamados tejidos blandos). El sistema musculoesquelético le da al cuerpo su forma, lo estabiliza y le permite moverse.
Esguinces: los músculos se pueden desgarrar.
Las luxaciones, fracturas, esguinces y distensiones (las denominadas colectivamente lesiones musculoesqueléticas) varían mucho tanto en gravedad como en el tipo de tratamiento necesario. Las luxaciones pueden ser abiertas (la piel está desgarrada) o cerradas (la piel no está desgarrada).
Un traumatismo directo, como sucede en caídas o accidentes de tráfico Las lesiones por desgaste, como ocurre durante las actividades diarias o como resultado de movimientos vibratorios o sacudidas El uso excesivo, como sucede con el sobreentrenamiento deportivo
La gravedad de una luxación depende en parte del tipo y la intensidad del traumatismo que la ha provocado. Cuando se produce una luxación, los huesos pueden estar claramente fuera de su posición. La articulación puede verse deformada o curvada. Un hueso puede sobresalir de forma anormal, provocando que la piel que lo rodea se estire y sobresalga. Las luxaciones causan los síntomas siguientes:
Dolor Hinchazón Incapacidad para usar la parte lesionada con normalidad Hematomas o decoloración Posiblemente pérdida de la sensibilidad (entumecimiento o sensaciones anómalas)
La zona que rodea la luxación duele, sobre todo cuando la persona afectada trata de cargar peso sobre la parte lesionada o trata de utilizarla. Es sensible al tacto. Con frecuencia, la parte lesionada (como un brazo, una pierna, una mano, un dedo de la mano o un dedo del pie) no se puede mover con normalidad.
- Se pueden formar hematomas alrededor de la articulación luxada.
- Aparecen cuando existe un sangrado por debajo de la piel.
- Al principio, el moratón es de color negro violáceo y, lentamente, con el transcurso de los días, se va tornando entre verde y amarillo a medida que la sangre se descompone y el organismo la reabsorbe.
Debido a que los movimientos de la parte lesionada son dolorosos, el paciente generalmente no quiere realizar movimientos. Si el paciente no puede hablar (como en el caso de niños pequeños o ancianos), la negativa a mover una parte del cuerpo puede ser el único signo de una luxación.
Las luxaciones pueden ir acompañadas de otros problemas (complicaciones) u ocasionarlos. Sin embargo, las complicaciones graves no son frecuentes. El riesgo de complicaciones graves aumenta si la piel se rompe o si se lesionan los vasos sanguíneos o los nervios. Una luxación, a menos que se reduzca de forma precoz, es más propensa a lesionar los vasos sanguíneos y los nervios que una fractura.
Algunas complicaciones (como la lesión de los vasos sanguíneos y los nervios y las infecciones) se producen durante las primeras horas o días después de la lesión. Otras (como los problemas con las articulaciones y los defectos de consolidación) se desarrollan con el tiempo.
Una luxación de cadera o rodilla puede interrumpir el flujo de sangre a la pierna. Por lo tanto, los tejidos de la pierna no pueden obtener sangre suficiente (lo que se denomina isquemia) y pueden morir (lo que se denomina necrosis). Una cadera luxada (dislocada) Luxación de cadera Se produce una luxación de cadera cuando la cabeza del fémur, que tiene forma de esfera, se sale de la cavidad redondeada que existe en la pelvis.
Por lo general, se produce una luxación de. obtenga más información es propensa a la necrosis, especialmente si la luxación no se reduce rápidamente. En una luxación de cadera, se produce un estrechamiento de los vasos sanguíneos que irrigan el extremo superior del fémur (la parte de la articulación de la cadera denominada cabeza femoral).
Como resultado, esta parte del fémur no recibe suficiente sangre. Cuando la rodilla está luxada (dislocada), es posible que la parte inferior de la pierna no reciba suficiente sangre. Si la falta de sangre produce la muerte de una gran cantidad de tejido, parte de la pierna puede tener que ser amputada.
Ciertas lesiones del codo pueden interrumpir el flujo sanguíneo al antebrazo, causando problemas similares. La interrupción del suministro de sangre puede no causar ningún síntoma hasta varias horas después de la lesión. Las luxaciones graves o traumáticas pueden dañar los tejidos que las rodean y causar hemorragias internas.
Un hueso luxado (dislocado) puede perforar la piel y causar una hemorragia externa. A veces los nervios se estiran, se lesionan o se aplastan cuando se luxa una articulación. Un traumatismo directo puede contundir o aplastar un nervio. Un aplastamiento provoca una lesión más importante que una contusión.
Estas lesiones suelen curarse por sí mismas a lo largo de semanas, meses o años, en función de la gravedad de la enfermedad. Con muy poca frecuencia, los nervios se desgarran. Los nervios lacerados no sanan por sí solos y pueden necesitar una reparación quirúrgica.
- Algunas lesiones nerviosas nunca sanan por completo.
- A veces, una luxación daña el cartílago de los extremos de los huesos de la articulación (lo que se denomina superficies articulares).
- Normalmente, este tejido de protección liso y resistente permite que las articulaciones se muevan sin problemas.
- El cartílago lesionado suele cicatrizar, lo que produce artrosis Artrosis La artrosis es un trastorno crónico que causa alteraciones en el cartílago y los tejidos circundantes, y se caracteriza por dolor, rigidez y pérdida de la función.
La artritis causada por la. obtenga más información, que a su vez provoca rigidez en las articulaciones y limita su rango de movimiento. La rodilla, el codo y el hombro son particularmente propensos a desarrollar rigidez después de una luxación, especialmente en personas mayores. Además, la lesión que causa la luxación puede debilitar o desgarrar los tejidos que la estabilizan, como los ligamentos y los tendones.
- Generalmente es necesaria la fisioterapia para prevenir la rigidez y ayudar a que la articulación se mueva lo más normalmente posible.
- Suele ser necesario el tratamiento quirúrgico para reparar el cartílago dañado.
- Después de la cirugía, es menos probable que se produzca una incongruencia articular (un escalón), y si se produce tiende a ser menos grave.
A veces se necesita cirugía para reparar las roturas de ligamentos o de tendones.
Evaluación médica Radiografías para identificar las fracturas A veces resonancia magnética nuclear o tomografía computarizada
Si se produce una luxación de forma brusca, se debe decidir si se acude a un servicio de urgencias, si se avisa al médico de familia o si se espera para ver si el problema (dolor, hinchazón u otros síntomas) mejora o desaparece por sí solo. Se debe llevar al paciente al servicio de urgencias, a menudo en ambulancia, si presenta cualquiera de los siguientes casos:
El problema es evidentemente grave (por ejemplo, si es el resultado de un accidente de tráfico o si el paciente no puede mover la parte del cuerpo afectada). Se sospecha una luxación grave u otra lesión grave de las partes blandas. Se sospecha que el paciente tiene una fractura (una posible excepción es la sospecha de una fractura del extremo de un dedo del pie). Sufre varias lesiones. Tiene síntomas de presentar alguna complicación, por ejemplo, pérdida de sensibilidad en la parte del cuerpo afectada, incapacidad para mover con normalidad la parte afectada, piel fría o azulada, o pérdida de fuerza en la parte afectada. No puede cargar peso ni utilizar la parte del cuerpo afectada. Inestabilidad de la articulación lesionada.
Debe llamarse al médico si
La lesión causa dolor o hinchazón, pero la extremidad lesionada no parece fracturada o gravemente lesionada.
Si nada de lo anterior es aplicable y la lesión parece menor, se puede llamar al médico o esperar y ver si el problema desaparece por sí solo. Si las lesiones son el resultado de un accidente grave, la primera prioridad del médico es El médico pide a la persona afectada (o a alguien que presenciara la situación) que describa lo que pasó.
- A menudo, el paciente no recuerda cómo se produjo una lesión o no lo puede describir con precisión.
- Saber cómo tuvo lugar la lesión puede ayudar al médico a determinar de qué tipo de lesión se trata.
- Además, el médico pregunta en qué dirección se forzó la articulación en el momento de la lesión.
- El médico también pregunta cuándo empezó el dolor.
Si se inicia inmediatamente después de la lesión, la causa puede ser una luxación, una fractura o un esguince grave. Si el dolor comenzó horas a días después, la lesión suele ser menor. Si el dolor es más intenso de lo esperado para el traumatismo o si empeora de forma progresiva durante las primeras horas después de la lesión, se puede haber desarrollado un síndrome compartimental o puede haberse interrumpido el flujo sanguíneo.
Comprobar la presencia de daños en los vasos sanguíneos cercanos a la parte del cuerpo lesionada Comprobar la presencia de lesiones en los nervios próximos a la zona lesionada Comprobar la presencia de heridas abiertas, articulaciones que se ven deformadas, hinchazón, hematomas y movimiento de la articulación deteriorado Examinar y mover la parte lesionada Explorar las articulaciones situadas por encima y por debajo de la parte lesionada
Para verificar si hay signos de daño en los vasos sanguíneos y alteración del flujo sanguíneo, los médicos comprueban los pulsos y el color y la temperatura de la piel. Cuando el flujo sanguíneo se interrumpe (como puede ocurrir en el síndrome compartimental), los pulsos eventualmente desaparecen o se vuelven débiles y la piel se vuelve pálida y fría.
Los médicos miden la presión arterial, que es baja en personas que han perdido mucha sangre. Para comprobar la presencia de lesiones nerviosas, los médicos determinan si la persona puede mover los músculos normalmente. Si no puede mover los músculos afectados, los nervios que controlan esos músculos (llamados nervios motores) pueden haberse dañado.
El médico también evalúa la sensibilidad de la piel (si la persona afectada puede sentir con normalidad) y pregunta al paciente si tiene sensaciones anómalas, como una sensación de pinchazos, hormigueo o entumecimiento. Si la sensibilidad parece anormal o reducida, pueden haberse dañado los nervios responsables de la sensibilidad de la piel (llamados nervios sensoriales).
El médico palpa con cuidado la zona lesionada para determinar si los huesos se han desplazado de su lugar habitual y si la zona es dolorosa al tacto. El médico también comprueba si hay inflamación y hematomas. Además, pregunta si el paciente puede utilizar, apoyar y mover la parte lesionada. Los médicos prueban la estabilidad de una articulación moviéndola suavemente, pero si es posible una fractura o dislocación, primero se realizan radiografías para determinar si es seguro mover la articulación.
El médico comprueba si existe crepitación cuando se mueve la parte lesionada. Estos sonidos pueden indicar una fractura. El movimiento de la articulación afectada también puede ayudar al médico a determinar la gravedad de la lesión. El médico también comprueba las articulaciones localizadas por encima y por debajo de la articulación lesionada.
Se pueden realizar pruebas de esfuerzo para evaluar la estabilidad de una articulación lesionada. Sin embargo, si se sospecha una fractura o una luxación, la prueba de esfuerzo se pospone hasta que se realicen radiografías para detectar estas lesiones. En una prueba de esfuerzo de una articulación, los médicos mueven suavemente la articulación en una dirección que habitualmente es perpendicular a su amplitud normal de movimiento.
Si la articulación se palpa muy inestable, los médicos sospechan una luxación (o una lesión grave del ligamento). Si el dolor o los espasmos musculares interfieren con el examen, se puede administrar al paciente un calmante y/o un relajante muscular por vía oral o mediante una inyección, o bien se le puede inyectar un anestésico local en la zona lesionada.
Los médicos también pueden inmovilizar la articulación lesionada hasta que el espasmo se detenga (por lo general al cabo de unos cuantos días) y luego examinarla. Las pruebas de diagnóstico por la imagen utilizadas para el diagnóstico de las luxaciones y otras lesiones musculoesqueléticas incluyen Las radiografías son útiles para diagnosticar las luxaciones, así como las fracturas.
Las radiografías no son útiles para detectar lesiones de ligamentos, tendones, o músculos, ya que únicamente muestran los huesos (y el líquido que se acumula alrededor de una articulación lesionada). Se suelen tomar radiografías desde dos ángulos distintos como mínimo para mostrar cómo están alineados los huesos.
Tratamiento de cualquier complicación grave Alivio del dolor Protección, reposo, hielo, compresión y elevación (PRICE, por sus siglas en inglés) Realineamiento (reducción) de los fragmentos que están fuera de lugar Inmovilización, por lo general con una férula o un yeso En ciertas ocasiones, intervención quirúrgica
Si una persona cree que tiene una fractura u otra lesión grave, debe acudir a un centro de urgencias. Si no puede caminar o presenta varias lesiones, debe ser trasladado en ambulancia. Hasta que pueda conseguirse asistencia médica, se debe hacer lo siguiente:
Evitar que la extremidad lesionada se mueva (inmovilizarla) y proporcionarle apoyo con una férula improvisada, un cabestrillo o una almohada Elevar la extremidad, si es posible por encima de la altura del corazón, para limitar la inflamación Aplicar hielo (cubierto por una toalla o un trapo) a la zona lesionada para controlar el dolor y la inflamación
En el servicio de urgencias, los médicos determinan la presencia de lesiones que requieran tratamiento inmediato. También se reparan quirúrgicamente los nervios cortados, pero esta cirugía se puede retrasar hasta varios días después de la lesión, si es necesario.
Si los nervios están comprimidos o contundidos, pueden sanar por sí solos. La mayoría de las luxaciones moderadas y graves, en particular las que son muy inestables, se inmovilizan de inmediato con una férula. Esta medida ayuda a reducir el dolor y prevenir más lesiones en los tejidos blandos producidas por luxaciones inestables.
A las personas con una luxación les puede resultar beneficioso el método PRICE. PRICE hace referencia a la combinación de Protección, Reposo, hielo (Ice en inglés), Compresión (presión) y Elevación. La protección ayuda a prevenir lesiones añadidas que podrían empeorar la original.
Habitualmente se aplica una férula u otro dispositivo. El reposo evita una lesión mayor y puede acelerar la curación. La persona afectada debe limitar su actividad y evitar apoyar y/o utilizar la parte del cuerpo lesionada. Por ejemplo, puede necesitar el uso de muletas o no participar en deportes de contacto.
El hielo y la compresión minimizan la inflamación y el dolor. El hielo se aplica mediante una bolsa de plástico, toalla, o un paño que se mantiene durante 15 a 20 minutos cada vez, tan a menudo como sea posible durante las primeras 24 a 48 horas. Por lo general, la compresión se aplica a la herida mediante un vendaje elástico o una férula.
- La elevación de la extremidad lesionada ayuda a drenar el líquido de la lesión y por lo tanto a reducir la inflamación.
- La extremidad lesionada se eleva por encima del nivel del corazón durante los primeros 2 días.
- Después de 48 horas, el paciente puede aplicar periódicamente calor (por ejemplo, con una almohadilla térmica) durante 15 a 20 minutos cada vez.
El calor puede aliviar el dolor. Sin embargo, no está claro si es preferible aplicar calor o hielo, y lo que funciona mejor puede variar de un sujeto a otro. Las luxaciones se vuelven a colocar en su posición normal (lo que se denomina realineación o reducción).
Reducción cerrada de dislocaciones menores (tales como las de los dedos de la mano o del pie): puede que únicamente sea necesario inyectar un anestésico local, como la lidocaína, cerca de la parte lesionada. Reducción cerrada de dislocaciones mayores (como las del brazo, el hombro o la pierna): pueden administrarse un sedante y analgésicos intravenosos. El sedante adormila el sujeto, pero no le sumerge en un estado de inconsciencia. También se puede administrar un anestésico local mediante una inyección. Por ejemplo, si el paciente tiene una luxación de hombro, se puede inyectar lidocaína en la articulación del hombro. Reducción abierta: se administra al paciente anestesia general mediante inyección o mediante una mascarilla, de forma que pierda la consciencia. Este procedimiento se realiza en el quirófano.
Después de realinear la lesión, se debe evitar que esta se desplace (es decir, necesita ser inmovilizada). Por lo general después de una reducción cerrada de una fractura se utiliza un yeso, una férula o un cabestrillo. Algunas luxaciones articulares requieren solo un cabestrillo o una férula, que se aplica después de volver a colocar la articulación en su posición normal.
- La inmovilización reduce el dolor y ayuda a la curación al prevenir que se produzcan más lesiones en los tejidos circundantes.
- La inmovilización es útil para la mayoría de las luxaciones moderadas o graves.
- Se inmobilizan las articulaciones situadas a ambos lados de la lesión.
- Si la inmovilización dura demasiado tiempo (por ejemplo, durante más de un par de semanas en adultos jóvenes), la articulación puede volverse rígida, a veces de forma permanente, y los músculos pueden acortarse (provocando contracturas) o disminuir su volumen (atrofiarse).
Se pueden formar coágulos de sangre. Estos problemas pueden desarrollarse rápidamente, y las contracturas pueden llegar a ser permanentes, por lo general en las personas mayores. En consecuencia, el médico recomienda el movimiento tan pronto como sea posible.
- Los yesos se utilizan generalmente para las lesiones que deben mantenerse inmovilizadas durante semanas.
- Para aplicar un yeso, el médico envuelve la zona lesionada en una tela, a la que después aplica una capa de un material de algodón suave para proteger la piel de la presión y el roce.
- Sobre este vendaje se aplica unas vendas de yeso o de fibra de vidrio que se endurecen cuando se secan.
El yeso se moldea bien y es menos probable que roce contra el cuerpo. Las inmovilizaciones con fibra de vidrio son más fuertes, más ligeras y más duraderas. Después de aproximadamente una semana disminuye la hinchazón. A continuación, la férula de yeso a veces puede ser reemplazada por una inmovilización con fibra de vidrio que en esta fase se adapta más fácilmente a la extremidad.
- A los pacientes a los que se les coloca un yeso se les proporcionan instrucciones específicas para su cuidado.
- Si un yeso no se cuida adecuadamente, pueden aparecer problemas.
- Por ejemplo, si se moja un yeso, el acolchado protector bajo el yeso puede empaparse, siendo imposible secarlo por completo.
- Como resultado, la piel puede reblandecerse y erosionarse, y pueden formarse úlceras.
Además, si un yeso se moja, puede reblandecerse y, por lo tanto, no proteger e inmovilizar la zona lesionada. Es necesario dar instrucciones al paciente para que mantenga le extremidad inmovilizada elevada el mayor tiempo posible, a nivel o por encima del nivel del corazón, sobre todo durante las primeras 24 a 48 horas.
- También debe flexionar y extender los dedos de forma regular.
- Estas estrategias ayudan a que la sangre abandone la extremidad lesionada y a prevenir, de esta forma, la hinchazón.
- Se puede utilizar una férula para inmovilizar algunas luxaciones estables, sobre todo si la inmovilización debe mantenerse solo algunos días.
Durante el tratamiento inicial, las férulas también se usan para inmovilizar inmediatamente las luxaciones moderadas y grave, particularmente las muy inestables, hasta que la persona pueda ser evaluada a fondo. La férula permite que el paciente se aplique hielo y que tenga mayor movilidad que el yeso.
- Una férula (también llamada tablilla) es una tabla alargada y estrecha fabricada con yeso, fibra de vidrio o aluminio que se aplica con bandas elásticas o cinta adhesiva.
- Dado que la tablilla no rodea completamente el miembro, permite cierta expansión debida a la hinchazón.
- Por lo tanto, una férula no aumenta el riesgo de desarrollar un síndrome compartimental.
Algunas lesiones que en último término van a necesitar un yeso se inmovilizan en primer lugar con una férula hasta que disminuye la inflamación. Un cabestrillo, por sí mismo, puede proporcionar algo de apoyo. Puede ser útil un cabestrillo cuando la inmovilización completa tiene efectos indeseables.
Por ejemplo, si se mantiene una inmovilización estricta del hombro los tejidos alrededor de la articulación pueden llegar a desarrollar una rigidez, a veces en días, impidiendo que el hombro tenga movilidad (lo que se denomina hombro congelado). El cabestrillo limita el movimiento del hombro y del codo, pero permite los movimientos de la mano.
Se puede añadir al cabestrillo una banda de tejido o una tira que pase por la espalda para evitar el vaivén exterior del brazo, especialmente durante la noche. La banda (sistema antirrotatorio) se envuelve alrededor del tronco y del brazo lesionado.
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¿Qué pasa si no uso el cabestrillo?
¿Qué nos dice la ciencia? – A randomized controlled trial on the immediate and long-term effects of arm slings on shoulder subluxation in stroke patients 4 van Bladel A, Lambrecht G, Oostra K, Vanderstraeten G, Cambier D. Se trata de un estudio controlado aleatorizado con 28 pacientes con problemas severos en el brazo tras un ictus. Al inicio del estudio no hubo diferencias significativas entre los grupos para el nivel de subluxación y para la corrección inmediata al aplicar el cabestrillo. El grupo de Shoulderlift tendió a corregir el nivel de subluxación en un 63%, mientras que el de Actimove lo corrigió en un 36%.
- Después de un período de 6 semanas no hubo diferencias significativas entre los grupos, ni para el nivel de subluxación ni para la corrección después de aplicar un cabestrillo.
- Sorprendentemente, los resultados indican que no usar un cabestrillo reduce la subluxación a largo plazo en comparación con los pacientes que usaron un cabestrillo para el brazo.
La comparación del nivel de subluxación en el tiempo, disminuyó solamente para el grupo control. En lo referente a dolor, el grupo que utilizó Actimove parece presentar más dolor que el resto y en cuanto a la movilidad de la articulación (abducción y rotación externa): se mantuvo en el grupo que utilizó Shoulderlift y disminuyó en los otros dos.
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